WILHELM REICH Y EL ORGON
Los primeros trabajos de Reich sobre la cuestión de una energía
biológica, se iniciaron en la década de 1920, cuando era un estudiante de
Sigmund Freud, el creador del psicoanálisis. Las primeras teorías de Freud
sobre el comportamiento humano trataban en términos metafóricos la
energía de los impulsos, a la que Freud denominó líbido. Mientras que
Freud y la mayoría de los analistas con el tiempo dejaron de usar este
término, a Reich le pareció ser un concepto muy útil, y continuó buscando
evidencia de esta fuerza, que rige las emociones, el comportamiento y la
sexualidad humana.
Los ámplios trabajos clínicos de Reich le llevaron a la observación de
flujos vegetativos o corrientes de energía emocional en el cuerpo, los
cuales tenían lugar en individuos sanos durante estados de gran
relajación, resultantes de una fuerte descarga de emociones o después de
un orgasmo genital muy gratificante. La expresión libre y desinhibida de la
emoción, la excitación y gratificación sexual natural durante el orgasmo,
fueron identificadas por Reich como expresiones de un movimiento
energético libre en el cuerpo. Cuando el individuo experimenta un gran
dolor, como los traumas de la infancia, cuando las emociones eran
rígidamente suprimidas y contenidas ("los chicos grandes no lloran", "las
niñas bonitas no se enfadan") o cuando se experimentaba un estasis y una
privación sexual crónicos, todo el sistema nervioso y esquelético y la
musculatura participaban en los procesos de supresión emocional, y de
rechazar los sentimientos. Esta represión de los sentimientos, también
estaba acompañada de una huida, con mayor o menor ansiedad, de
situaciones placenteras o incluso potencialmente placenteras, que de otro
modo agitarían sentimientos suprimidos y desagradables. Reich observó
eso cuando este tipo de respuesta a la sensación y el placer se hacía
crónica la persona experimentaba una desensibilización y una rigidez
crónicas, junto con una reducción en la respiración y en su capacidad de
contacto.
Esta coraza neuromuscular crónica, como Reich la llamó, no era una
condición natural, aunque tenía un cierto valor racional de supervivencia
para situaciones de dolor y trauma. Sin embargo cuando la coraza se hacía
crónica, como forma de vida, podría obstaculizar el funcionamiento
biológico natural del individuo y afectar a su comportamiento incluso en
circunstancias donde el dolor o trauma no era probable. La coraza
perpetuaba, de forma efectiva, la acción de la persona a evitar el placer y
censurar emociones. Los temores profundamente arraigados, y las
presiones que se ajustan a la forma predominante de blindaje de la vida
social, por lo general impedían al individuo moverse hacia la salud
emocional, o la adopción de medidas eficaces para cambiar su situación.
La mayor parte de los primeros trabajos de Reich se centraron sobre estas
preocupaciones sociales, sexuales y emocionales.
Reich también sostenía que el orgasmo genital heterosexual
desempeñaba un papel regulador central en la economía de la energía
individual, como un medio para descargar periódicamente tensiones
bioenergéticas acumuladas. Cuanto más intensa sea la descarga orgástica
de la bioenergía acumulada, más satisfecho, relajado y más placer
expansivo se siente después. Sin embargo, cuando los impulsos sexuales y
otras emociones estaban frustradas, contenidas y reprimidas
crónicamente, se podría desarrollar una gran tensión interna hasta un
punto de explosión, donde podrían aparecer síntomas neuróticos o
impulsos sádicos. Reich desarrolló técnicas terapéuticas para liberar
energía emocional contenida en sus pacientes, técnicas que conducían a la
liberación de sentimientos enterrados a largo plazo, y a una mayor
capacidad para el placer en la vida, sobre todo el placer genital. A medida
que sus pacientes resultaban más sanos sexualmente, y a medida que
informaban de un aumento en la gratificación genital, observó como sus
síntomas neuróticos desaparecían y como se reducían la cantidad de
emoción contenida y la tensión sexual. Algunas de las primeras
contribuciones de Reich a la teoría y la técnica psicoanalíticas fueron en
principio bien recibidas. Pero más tarde, mientras se concentraba cada vez
más en las consecuencias del abuso infantil y la represión sexual, los
analistas más ortodoxos le rechazaron y atacaron. Reich finalmente dejó el
psicoanálisis por completo, y articuló su trabajo bajo el nuevo término,
Sex-Economy (Economía Sexual).
Las primeras observaciones de Reich respecto a la conducta humana,
las emociones, el orgasmo, y sensaciones de corrientes vegetativas
atribuían una naturaleza real y tangible a la energía emocional. Más tarde
utilizó milivoltímetros sensibles para confirmar este punto de vista, y para cuantificar las corrientes de energía bioeléctrica, y las emociones
asociadas a ellas. Sin embargo, estaba convencido de que los niveles tan
bajos de actividad bioeléctrica observados no podían explicar por
completo las poderosas fuerzas de energía observadas en el
comportamiento humano. fue particularmente cierto al observar los
trastornos de inmovilidad psíquica crónicas en pacientes catatónicos y en
otros pacientes mentales completamente enajenados. Cuando sus
emociones eran finalmente liberadas, estos pacientes experimentaban
una enorme muestra de tristeza o rabia. Más tarde, también
experimentaban una manifiesta relajación de la musculatura, una
profundización espontánea de la respiración, y una mayor lucidez y
contacto. En estos casos, la energía emocional del paciente había estado
contenida hasta que finalmente se liberaba en el espacio clínico. Estas
observaciones de energía contenida, y la energía liberada, fueron
reforzadas por observaciones paralelas respecto a la función de descarga
del orgasmo. En base a estos tipos de observaciones, la cuestión de cómo
y desde donde exactamente el organismo adquiría su energía emocional, y
su naturaleza exacta, se hizo cada vez más importante.
Fue en este punto de su investigación donde Reich se vio obligado a
huir de Alemania a Escandinavia, tras la ascensión de Hitler al poder. En
Noruega, Reich trató de encontrar una manera de confirmar su modelo
del funcionamiento humano. Observó que el placer estaba identificado
por un aumento de la carga bioeléctrica en la superficie de la piel,
mientras que la ansiedad estaba acompañada por una pérdida de este
misma carga bioeléctrica periférica. Las personas con una profunda
respiración y una actitud relajada, daban regularmente lecturas más
fuertes en el milivoltımetro que las personas contraídas, altamente
acorazadas y con ansiedad, quienes tenían unos antecedentes de vida de
traumas, abusos, emociones reprimidas, y sexualidad insatisfecha. A
medida que el niño crecía hasta la edad adulta, y se habituaba o era
condicionado hacia comportamientos bien de búsqueda del placer o de
evasión del placer (búsqueda del dolor), también la carga de la piel, y otras
medidas fisiológicas, reflejando una correspondiente mayor o menos
carga de energía. Este movimiento del organismo, y su carga de energía,
en una dirección hacia o alejándose del mundo, según él, era el resultado
de la propia historia de la vida de cada uno. La vida se movía naturalmente
hacia el placer, y se alejaba o retraía del dolor. Las experiencias crónicas
dolorosas acorazaban el organismo, y les hacía difícil para ellos salir al
mundo, para ellos, doloroso. A partir de este conjunto central de
observaciones, postuló que un proceso similar podría ser duplicado y observado en organismos menores, tales como el caracol, lombriz de
tierra, o incluso la ameba microscópica.
Reich señaló que la ameba no tenía ningún "sistema nervioso", o
"cerebro", como los animales superiores, sin embargo, se expandía o
contraía de su entorno de una manera similar a los animales superiores.
Reich pensaba que muchas de las funciones atribuidas al cerebro eran
realmente funciones de todo el cuerpo con la participación del sistema
nervioso autónomo, pero que eran principalmente el resultado de fuerzas
energéticas, sobre las que había experimentado en su trabajo clínico y de
laboratorio. Estas corrientes de energía biológica, funcionaban de igual
manera en todos los seres vivos, y trató de probar la idea de hacer
mediciones en el milivoltímetro a la ameba durante los estados de
expansión y contracción. Reich fue al Instituto Microbiológico de la
Universidad de Oslo, y solicitó obtener un cultivo de ameba. Se le dijo que
estos tipos de organismos simples no se encontraban nunca en cultivos
almacenados, ya que podrían ser cultivadas directamente desde una
infusión de musgo o césped. Reich era plenamente consciente de la teoría
de los gérmenes del aire, pero se sorprendió al oír esto, ya que esta teoría
no se había utilizado en ese momento para explicar la génesis de los
microbios más complejos, tales como la ameba y el paramecio. Estos
microbios más complejos, no podían ser cultivados directamente del aire,
por ejemplo.
Reich hizo las infusiones de musgo y hierba, pero también hizo
extensas y cuidadosas observaciónes microscópicas del proceso mediante
el cual se había desarrollado la ameba. No vio esporas de las hojas de
hierba, hinchándose hasta convertirse en la nueva ameba. En su lugar,
observó que el musgo y la hierba se desintegraban en sí y se dividían en
pequeñas vesículas de un color azul-verdoso. Las diminutas vesículas, se
desarrollaban y se amontonaban juntas durante un período de varios días,
después de lo cual se formaría una nueva membrana alrededor del grupo;
el grupo de vesículas se móvía dando vueltas y pulsando en el interior de
la membrana durante un tiempo, hasta que finalmente, el conjunto se
movía por sí mismo, convirtiéndose en una nueva ameba. Por otra parte,
Reich observó que una serie de materiales, tanto orgánicos como
inorgánicos, formaban diminutas vesículas azul-verdosas cuando se les
permitía desintegrarse e hinchanrse en una solución nutriente estéril.
Estas observaciones fueron recibidas por los microbiólogos universitarios
con escepticismo, y Reich desarrolló una serie de estrictas pruebas de
control para contestar sus objeciones, y para demostrar más claramente el
proceso observable. Estos procedimientos de control, conllevaban una arga sesión de autoclave de soluciones nutritivas, y calentar sobre fuego
hasta incandescencia los materiales colocados en el medio nutriente
estéril. Sus procedimientos de control y observaciones sobre esta cuestión
se repitieron y confirmaron por otros científicos de la época, y se
presentaron a la Academia Francesa de Ciencia en 1938. Pero esto fue
insuficiente para satisfacer a su criticos, que descaradamente se negaron a
reproducir los experimentos, mientras que al mismo tiempo le atacaban
en la prensa noruega.
En sus observaciones al microscopio, Reich utilizaba aumentos muy
grandes, sobre 3500-4500 de potencia, y en lugar de usar las tinturas de
los procedimientos microbiológicos habituales que matan la vida, él veía
las muestras en vivo. Estos hechos hicieron que las preparaciones de Reich
fuesen muy diferentes a las del microbiólogo medio, que a día de hoy
todavía mata y mancha su preparación con un fervor religioso, y ven poco
valor en las observaciones de microbios vivos en la luz del microscopio por
encima de 1000 aumentos. Por ejemplo, no se pueden realizar imágenes
estándar de especímenes vivos al microscopio electrónico.
Reich dio un nuevo nombre a la inusual vesícula microscópica que
había descubierto: el Bion. Los biones de similar tamaño, forma, y
motilidad aparecían en la luz del microscopio cuando varios materiales
estaban sujetos a un proceso de lento hinchamiento y desintegración, o
cuando se calentaban sustancias hasta incandescencia, y a continuación se
sumergían en soluciones nutritivas estériles. Al hervir, macerar, o calentar
muestras hasta la radiante incandescencia, no se eliminaban los biones
procedentes de los cultivos, pero podía liberar una gran cantidad de ellos.
Reich también estudió el proceso de desintegración y descomposición de
los productos alimenticios en el microscopio, y señaló que los procesos
bionosos funcionaban de manera similar. Los biones exhiben una
coloración azulada, asimismo se observaron efectos de la energía
radiante. Fue durante estas observaciones microscópicas de los biones,
cuando Reich descubrió por primera vez la radiación de orgón, y más
tarde, el principio del acumulador de energía orgónica.
Al igual que sus descubrimientos sobre el comportamiento humano, los
experimentos de Reich sobre los Biones son demasiado complejos e
importantes para ser completamente analizados aquí, pero se puede
observar que han sido ampliamente replicados por varios científicos de
todo el mundo. La microbiología clásica de hoy ha descubierto pequeñas
vesículas muy similares a las observadas por Reich, aunque todavía no ha
sido reconocido por estos descubrimientos.
Biones microscópicos de agua de autoclave, 300x. Son de cerca de un
micrón de diámetro, y muestran una clara y tenue luz azulada,
apareciendo como diminutos huevos de petirrojo. Esta diapositiva fue
preparada en el laboratorio del autor, el Orgone Biophysical Research Lab
(OBRS) siguiendo los protocolos de Reich, usando un microscopio Ortholux
con óptica apocromática. (Los críticos de Reich dicen típicamente con
desprecio: “Solo los ‘reichianos’ pueden ver los biones”.
Sus hallazgos sobre los biones también resolvieron dos enigmas
paralelos, los orígenes de los protozoos procedentes de la desintegración
de tejido vegetal muerto en el medio natural, y el orígen de las células de
cáncer protozoarias procedentes de tejidos energéticamente
(emocionalmente) muertos del cuerpo humano. Reich observó procesos
similares en el funcionamiento, tanto en la hierba muerta como en tejido
animal muerto: desintegración en biones, seguido de una reorganización
espontánea de biones en formas protozoarias. En ambos casos, de tierra o
tejidos, Reich argumentó que el proceso era iniciado por una pérdida de la
carga de energía vital en los tejidos, seguido de putrefacción y
desintegración.
Se calentó hasta la incandescencia una preparación especial de biones,
hecha con arena oceánica pulverizada y se sumergió en un caldo nutritivo
estéril, produciendo un fenómeno de una fuerte radiación energética. Los trabajadores del laboratorio desarrollaban conjuntivitis si observaban los
preparados demasiado tiempo, mientras que podía desarrollarse una
inflamación de la piel por colocar la solución de biones cerca de la piel
durante un tiempo. A causa de su trabajo continuado durante muchas
horas en el laboratorio, Reich desarrolló un bronceado oscuro a través de
su ropa, en medio del invierno. La radiación impartía una carga magnética
a los elementos cercanos de hierro o acero y una carga estática a los
aislantes cercanos, como los guantes de goma. Una película almacenada
cerca de armarios metálicos de laboratorio se veló espontáneamente.
Indicó que fuese lo que fuese esta radiación de biones, era rápidamente
atraída a los metales, pero de igual manera, rápidamente se desviaba o
disipaba en el aire circundante. Sin embargo los materiales orgánicos,
absorbían esta radiación y la mantenían. Fracasó intentando identificar la
nueva radiación usando detectores tradicionales de radiación nuclear o
electromagnética.
Reich también señaló que el aire de las habitaciones que contenían
cultivos especiales de biones, se notaba "pesado" o cargado. Observando
por la noche, en la plena oscuridad, vió cómo el aire centelleaba y brillaba
con una energía pulsante. Intentó capturar la energía que irradiaban sus
cultivos de biones, dentro de un recinto cúbico forrado especial con
láminas de metal, que a su juicio, la radiación se reflejaría y la atraparía en
el interior. Como se esperaba, el recinto especial de metal atrapó y
amplificó los efectos de la radiación de los biones. Sin embargo, para su
asombro, encontró que la radiación también estaba presente en el recinto
experimental, incluso cuando se retiraron los cultivos de biones. De hecho,
no había nada que pudiera hacer para que la radiación observada
"desapareciese". Este recinto especial forrado de metal parecía atraer la
misma forma de radiación del aire que previamente se había observado
procedente de los cultivos de biones.
Reich finalmente se convenció de que estos recintos especiales
estaban capturando una forma libre atmosférica de la misma la energía
que él también había observado procedente de organismos vivientes.
Llamó a la energía recién descubierta Orgón, y desarrolló maneras de
ampliar la acumulación de energía del recinto, principalmente a través de
múltiples capas de materiales orgánicos y metálicos. No se emplearon
electricidad, magnetismo, electromagnetismo, ni radiaciones nucleares en
estas estructuras de acumulación, estas estructuras eran completamente
pasivas en su diseño. Estos recintos especiales recibieron a partir de
entonces llamados acumuladores de energía orgón.
Diagrama Simplificado de un
Acumulador de Energía Orgónica
Propiedades de la Energía Orgón:
A) Ubicua, llena todo el espacio.
B) Libre de masa; cósmica, de naturaleza primordial.
C) Penetra toda la materia, pero a diferentes velocidades.
D) Pulsa espontáneamente, se expande y contrae, y fluye con un
movimiento ondular-circular característico.
E) Directamente observable y mensurable.
F) Negativamente entrópica.
G) Fuerte afinidad y atracción mutua con el agua.
H) Acumulada de manera natural por los organismos vivos a través de los
alimentos, agua, respiración, y la piel.
I) Excitación y atracción mutua de corrientes de energía orgón separadas o
de sistemas independientes cargados de orgón (Superposición cósmica).
J) Excitabilidad a través de energías secundarias (nuclear,
electromagnetismo, chispas eléctricas, fricción) hasta el punto de una
brillante luminiscencia.
Los efectos físicos de una fuerte carga de orgón:
K) Temperatura del aire ligeramente superior a la del entorno.
L) Alto potencial electrostático, con una lenta descarga electroscópica en
comparación con los alrededores.
M) Mayor humedad e índices de evaporación de agua menores en
comparación con el entorno.
N) Anulación de los efectos de ionización en el interior de los tubos de
ionización Geiger-Müller llenos de gas.
O) Desarrollo de los efectos de ionización en el interior de tubos de vacío
no ionizables (presión 0,5 micras o inferior) llamados tubos vacor.
P) Capacidad para obstaculizar y absorber el electromagnetismo.
Efectos biológicos de una fuerte carga de orgón:
Q) Efecto general vagotónico, parasimpático y expansivo del sistema. R) Sensaciones de hormigueo y calor en la superficie de la piel.
S) Aumento de la temperatura de la piel y del interior del organismo, y
enrojecimiento.
T) Moderación de la presión arterial y del pulso.
U) Aumento del peristaltismo, respiración más profunda.
V) Aumento de la germinación, brote, florecimiento y producción frutal
de las plantas.
W) Aumento de las tasas de crecimiento de los tejidos, reparación y
curación de heridas, tal como se determina a través de estudios en
animales y ensayos clínicos en humanos.
X) El aumento de la intensidad de campo, carga, integridad de los tejidos e
inmunidad.
Y) Mayor nivel de energía, actividad, y vitalidad.
Habitación Oscura de Energía Orgónica. Acumuladores con dimensiones
para personas al fondo
En el centro, un acumulador de orgón de tres capas con dimensiones para
personas, en el laboratorio del autor, con un cargador más pequeño de diez
capas en la parte inferior izquierda. Un tubo hueco y flexible de metal transmite
la carga de orgón desde la caja-cargador al embudo-disparador grande que está
en la silla de dentro del acumulador, para aplicaciones locales.
Comentarios
Publicar un comentario